Tomado del Blog de Gerardo Cabrera
Es un golpe duro, jodido, sobre todo para los que estamos lejos de la patria y de la tierra donde crecimos. Todos tenemos un vínculo musical común: Corazón Serrano: una agrupación de cumbia sanjuanera que creció desde abajo, de la humildad y el rechazo, y desde arriba, en la lejana sierra de Pacaipampa (Ayabaca, Piura). Entre los hermanos fundadores estaba Edita Guerrero Neyra. Hoy se nos fue: un aneurisma cerebral, tan solo treinta años. Seguramente sus restos serán velados en aquel asentamiento humano Micaela Bastidas, en Piura. Como un paisa más.
¿Por qué todos hablan de tu partida? Recuerdo la primera vez que escuché a Corazón Serrano: fue un aniversario de Montero, hace más de diez años. ¡Cómo olvidar ‘Alitas quebradas’ en la voz de Irma y ‘Mi escritorio’ en tu voz, Edita. En esa época eras prácticamente una niña. Ustedes, los serranos de Ayabaca, daban sonido a la cumbia sanjuanera por todos los distritos de la provincia, desde Jililí hasta Lagunas. Yo era un niño que creció con su música, la primera que nos revoloteaba a los churres que andábamos por ahí, entre los cerros, entre el cañazo, entre los pasillos y los sanjuanitos ecuatorianos.
Eran tiempos de la tecno cumbia en todo el Perú, del pop estadounidense, de las baladas de Enrique Iglesias, en fin. Y ustedes asomaban desde arriba, en la serranía norte, tocando, bajo el sello de ‘Éxitos del Mundo’, en pequeños locales piuranos y limeños, donde se juntaban los paisanos, los serranos emigrantes y emprendedores, los recién bajados. Eran tiempos de cambio, cuando la provincia se metió en la costa: los conos crecieron, los asentamientos humanos explotaron, los mercadillos pulularon y apareció el rey de la papa, del camote, de la yuca. Para ellos cantaban ustedes: el desamor, la lejanía, la sierra querida. Corazón Serrano, cumpita.
Pasaron los años y, luego de rechazos y perseverancia (tema que los reportajes actuales explotan sin medida), los productores radiales apostaron por ustedes. Su público fue creciendo. Temas como ‘Sueño o pesadilla’, el ‘Mix Pintura roja’, ‘Te sigo esperando’ o su clásico ‘Lágrimas negras’. Y ahí estabas tú, Edita, junto a tus hermanos. No necesitaron de prensa farandulera ni de escándalos mediáticos para ser famosos y ser parte ya de todo el Perú. Poco a poco surgieron, como se dice, y demostraron que se triunfa haciendo lo que se quiere. Ahora te vas tú, protagonista de la música peruana que revolucionó para siempre este país.
Y te vas en el mejor momento de Corazón Serrano, cuando todos los medios le hacen reportajes; son portada en diarios, puntos publicitarios de grandes conciertos; son criticados aún por muchos, y paisas del mundo entero gozan y gozan con sus canciones. Es muy apresurado interpretar el momento, pero dejo escrita esta nota porque soy un serrano de su cumbia sanjuanera. Como muchos, he enamorado y he bebido con su música. No se preocupe, Edita, quedan sus hermanos para que sigan creando y su público para que siga coreando.
Atentamente, un ayabaquino más.
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